SÚPER

Fernando Barros

Con la sencillez y bajo perfil con que siempre vivió, ayer fue despedido don Gonzalo Vial Vial (QEPD), fundador y presidente de Agrosuper, empresa reconocida internacionalmente por sus prestigiados productos Súper en los rubros pollos, cerdos, salmones, pavos, procesados y otros, una de las grandes sociedades exportadoras nacionales, que da empleo, directo e indirecto, a más de 30.000 personas y cumple su máxima de alimentar lo bueno de la vida todos los días.

Cuando analizamos el fenómeno Agrosuper debemos pensar, no en el mega conglomerado de hoy, sino que en esa idea, alocada y visionaria para mediados del siglo pasado, de un joven estudiante universitario de agronomía que decide dejar todo y lanzarse a emprender y hacer realidad su sueño de transformar la actividad agrícola chilena de la época.

Ese emprendedor inició su proyecto en un entorno y época difíciles para crear empresa, con el mundo empresarial bajo constante cuestionamiento, y la dificultad para los emprendedores de acceder a financiamiento y de poder cumplir con el cúmulo de regulaciones y cargas impuestas a las empresas. Todo esto por la falta de entendimiento de las complejidades de los factores que deben conjugarse adecuadamente para el desarrollo exitoso de las actividades agrícola, manufacturera, industrial, minera y de servicios, de forma de hacer las cosas bien y lograr captar las preferencias y fidelidad de los consumidores y clientes.

Después de décadas de esfuerzo y trabajo arduo -de éxitos y caídas, pero siempre levantándose y avanzando-, surge el gran Agrosuper como premio a la entrega, al atreverse y al haber formado un tremendo equipo humano y profesional, con quienes Vial trabajó codo a codo e inspiró en los valores humanos y empresariales. 

En las conversaciones de sobremesa le brillaban los ojos de emoción recordando cuando salía a repartir casa por casa gallinas y huevos en un viejo Fiat, las primeras jaulas, los primeros pabellones y la ruta agroindustrial, los desafíos sanitarios y económicos, las crisis políticas y sociales que debió enfrentar, la incursión en pavos y cerdos y, recientemente, el salto a ser el segundo productor de salmones mundial con la adquisición de Aquachile y su integración con Los Fiordos. Sin duda hay una relación directa entre la masificación del consumo de proteína animal y Agrosuper, ya que contribuyó a que fuera accesible para todos los chilenos con un muy alto estándar de calidad.

Igual entusiasmo evidenciaba para interactuar con sus colaboradores, con quienes conversaba animadamente en su permanente recorrido por las plantas y unidades productivas, escuchando con genuino interés sus sugerencias e inquietudes, como un buen padre con sus hijos, mostrando especial alegría por el éxito, año tras año, de los alumnos del Colegio Los Cipreses de Doñihue, nacido y desarrollado de su inquebrantable compromiso con su zona y la convicción de la necesidad de llevar a los sectores rurales las posibilidades de una verdadera educación de excelencia.

El trabajo intenso, el desarrollo de la empresa y su expansión por distintos lugares de Chile, iban de la mano con el profundo amor por su familia y la pasión por el rodeo y sus caballos, deporte en el que también sobresalió y fue un referente nacional.

No necesitamos recurrir a modelos extranjeros, en Chile tenemos el caso de un gran emprendedor que dejó todo por cumplir su sueño y que, ante las diversidades, las enfrentó con humildad, coraje y fuerza. En el éxito, nunca dejó de ser el hombre honesto, sencillo, trabajador y patriota que enorgullece a la comunidad empresarial nacional y sirve de esperanzador ejemplo a los emprendedores de hoy y mañana.

Fernando Barros Tocornal

Consejero de Sofofa